Después de un breve descanso ha empezado la actividad de la tarde. Nos hemos dirigido a Las Rozas para poder ver de cerca cómo funciona una escuela inclusiva de baloncesto.
A nuestra llegada al Club Baloncesto Las Rozas nos ha recibido Ana Bergado quien nos ha acompañado a la pista para presentarnos a los protagonistas de hoy, 5 chicos y chicas que debido a su discapacidad entrenan baloncesto en silla de ruedas, el equipo infantil femenino del club y Sonia Castellanos la entrenadora que hace posible estos entrenamientos una vez a la semana.
Mientras en la pista entrenan tanto los chicos y chicas con discapacidad como las jugadoras que pueden desplazarse, todos lo hacen en silla de ruedas, en la grada, Ana Bergado nos cuenta que esta escuela empezó a funcionar hace unos años, al principio con solo tres niños y unas sillas de ruedas que les cedía la CEDI y que había que recoger y devolver todas las semanas. Poco a poco, no sin dificultad, y con mucho trabajo, esfuerzo y creatividad fueron encontrando la forma de irse haciendo con sillas propias y de ir dando forma a lo que hoy es la Escuela Inclusiva de Baloncesto en Silla de Ruedas del C. B. Las Rozas.
Ana nos cuenta que esta escuela tiene características propias, que responden a la filosofía que el club quiere transmitir a sus socios. Por ejemplo, los alumnos con discapacidad son los mismos siempre, pero el equipo que les acompaña, y que no tiene discapacidad, es diferente todas las semana porque todos los equipos del club pasan de forma rotativa por esta escuela dos veces cada temporada para poder sentir qué es tener una discapacidad y sobreponerse a ella hasta el punto de querer jugar al baloncesto y para que sus compañeros en silla de ruedas puedan socializarse y normalizar su situación.
Otras características responden a la necesidad de adaptar la práctica deportiva a la logística diaria. Así, esta escuela entrena un solo día a la semana porque los alumnos y alumnas con discapacidad van al cole o al instituto, estudian y preparan las clases para el día siguiente como el resto de los chicos de su edad, pero también asisten a tratamientos y terapias que les ocupa una gran parte del tiempo. En algunos casos el desplazamiento desde su casa al centro de entrenamiento les puede llevar más de una hora. Debido a su edad y discapacidad no pueden desplazarse de forma autónoma por lo que dependen de que su familia les desplace hasta el entrenamiento. Por todo esto es más viable hacer un entrenamiento más largo un solo día a la semana.
Después de un buen rato de charla llega lo mejor de la tarde, nos invitan a volver a la pista esta vez para probar en carne propia lo que es jugar al baloncesto en silla de ruedas. Tanto las niñas del infantil femenino, que además hacen de traductoras para nuestros socios de proyecto, como la entrenadora se muestran solícitas a ayudarnos en lo que necesitemos mientras los chicos y chicas con discapacidad muestran con soltura cómo hay que realizar el ejercicio. Tras un rato de práctica, una foto de familia resume que el deporte es un gran medio para conseguir la igualdad.
Gracias a la escuela inclusiva de baloncesto en silla de ruedas por hacernos pasar una tarde tan maravillosa.
Visit to the Inclusive School of C.B Las Rozas
After a short break the afternoon activity started. We went to Las Rozas to see how an inclusive basketball school works.
Upon our arrival at the Las Rozas Basketball Club Ana Bergado has welcomed us to the track to introduce us to the protagonists of today, 5 boys and girls who, due to their disability, train wheelchair basketball, the girls’ children’s team and Sonia Castellanos, the coach who makes these trainings possible once a week.
While the boys and girls with disabilities train on the track as well as the players who can move, they all do it in wheelchairs, in the stands, Ana Bergado tells us that this school started working a few years ago, at the beginning with only three Children and some wheelchairs that CEDI gave them and that had to be collected and returned every week. Little by little, not without difficulty, and with a lot of work, effort and creativity they found the way to go with their own chairs and to shape what is now the Inclusive Basketball School in Wheelchair of C. B. Las Rozas.
Ana tells us that this school has its own characteristics, which respond to the philosophy that the club wants to transmit to its members. For example, students with disabilities are always the same, but the team that accompanies them, and that does not have a disability, is different every week because all the teams of the club go through this school twice a season in order to be able to feel what it is to have a disability and overcome it to the point of wanting to play basketball and so that your wheelchair companions can socialize and normalize their situation.
Other characteristics respond to the need to adapt sports practice to daily logistics. Thus, this school trains only one day a week because the students with disabilities go to school or school, study and prepare the classes for the next day like the rest of the boys of their age, but also attend treatments and therapies that occupy them a lot of the time. In some cases, traveling from your home to the training center can take more than an hour. Due to their age and disability they can not move autonomously, so they depend on their family to move them to training. For all this it is more viable to do a longer training a single day a week.
After a good time of talk the best of the afternoon arrives, they invite us to return to the track this time to try first hand what it is to play basketball in a wheelchair. Both the girls of the female children, who also act as translators for our project partners, and the trainer are willing to help us in what we need while the boys and girls with disabilities show how to perform the exercise. After a while of practice, a family photo summarizes that sport is a great way to achieve equality.
Thanks to the inclusive wheelchair basketball school for making us spend such a wonderful evening.